ALQUIMISTA DE LAS EMOCIONES

Por Jairo Camayo

En lugar de evitar, negar o tratar de ignorar tus emociones negativas o destructivas, tales como la ira, el enojo, la molestia, la tristeza, el pesar, el duelo, la envidia, los celos, el odio, el conformismo, la decepción, la frustración, el fracaso, la culpabilidad, el engaño, la traición, el resentimiento, la amargura, entre otras, aprende a transformar esa energía en algo constructivo o positivo, similar a lo que hacía El Alquimista antiguo que transformaba el plomo en oro.

Es un asunto de vibración o de energía. Tanto el odio o el miedo como el amor y la confianza están hechos de la misma energía, sólo que el uno tiene una baja vibración, mientras el otro tiene una alta vibración.

El incremento de la vibración viene de los pensamientos de autoconfianza, amor propio, comprensión, el perdón, la armonía, la cooperación, la contribución, la Visualización, la meditación, la respiración consciente, el bienestar, la alegría, la abundancia, la prosperidad, la salud, el progreso, la autorealización, la felicidad, el servicio, el propósito de la vida, la autodeterminación, la autonomía, el trabajo en equipo y muchos más que se derivan de estos.

Por medio de la práctica constante se logra crear autopistas neuronales que desarrollan hábitos constructivos que nos permiten vivir en una actitud constante de mejoramiento continuo, progreso, prosperidad y autorealización que es el mejor sinónimo de felicidad.

Se puede comenzar paso a paso y comprobar que el sistema funciona con persistencia, disciplina y capacitación continuada.

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